¿Qué es un OPS y para qué sirve?
En la era de la transformación digital, las pantallas interactivas se han convertido en el epicentro de la colaboración en aulas y salas de reuniones. Estos lienzos digitales de gran formato han revolucionado la forma en que enseñamos, presentamos y trabajamos en equipo. Sin embargo, para desatar todo su potencial, estas pantallas necesitan un cerebro potente y versátil. Aquí es donde entra en juego un componente crucial, aunque a menudo desconocido para el usuario final: el OPS.
Comprender qué es un OPS y para qué sirve es fundamental para cualquiera que busque maximizar la inversión en tecnología interactiva. Este pequeño pero poderoso dispositivo es la clave para transformar una pantalla interactiva de un simple monitor táctil a un ordenador todo-en-uno completamente funcional, abriendo un universo de posibilidades.
¿Qué es un OPS?
OPS son las siglas de Open Pluggable Specification (Especificación Abierta Conectable). Se trata de un estándar industrial, impulsado originalmente por gigantes tecnológicos como Intel y Microsoft, que define las características de un módulo de ordenador compacto y estandarizado. En términos sencillos, un OPS es un PC completo, con su propio procesador, memoria RAM, almacenamiento y sistema operativo, diseñado para ser insertado en una ranura específica que se encuentra en la mayoría de las pantallas interactivas y monitores de señalización digital de calidad profesional.
Este diseño "enchufable" es su principal característica. En lugar de tener una torre de ordenador externa con un engorroso entramado de cables de vídeo, audio, USB y alimentación conectados a la pantalla, el OPS se integra de forma limpia y directa en el chasis de la pantalla. La conexión se realiza a través de un único conector estandarizado de 80 pines (JAE TX-25), que se encarga de transmitir todas las señales necesarias: vídeo en alta definición, audio, datos USB para la interactividad táctil y, por supuesto, la energía para alimentar el módulo.
El resultado es una solución "todo en uno" elegante y eficiente, que combina la potencia de un ordenador de sobremesa con la funcionalidad táctil de una pantalla interactiva, sin los inconvenientes del desorden y la complejidad de las instalaciones tradicionales.

La función clave del OPS
La pregunta fundamental es, ¿para qué sirve exactamente un OPS? Su propósito principal es dotar a las pantallas interactivas de una capacidad de computación nativa y potente, generalmente con un sistema operativo de escritorio completo como Windows o Linux.
Muchas pantallas interactivas vienen con un sistema operativo integrado de fábrica, que suele ser una versión de Android. Si bien este sistema es útil para funciones básicas como pizarra digital, navegación web o la ejecución de aplicaciones sencillas, presenta limitaciones significativas para usuarios que necesitan un entorno más robusto y familiar.
Aquí es donde el OPS demuestra su valor incalculable:
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Entorno Windows completo: La ventaja más destacada es la posibilidad de ejecutar una versión completa de Windows (como Windows 11 Pro) directamente en la pantalla interactiva. Esto permite a los usuarios instalar y utilizar cualquier software de escritorio al que estén acostumbrados: la suite de Microsoft Office (Word, PowerPoint, Excel), software de diseño gráfico, programas educativos específicos, aplicaciones de videoconferencia como Zoom o Microsoft Teams, y cualquier otra herramienta que requiera el sistema operativo de Microsoft.
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Doble sistema operativo: Al instalar un OPS en una pantalla que ya cuenta con Android, se crea un potente sistema dual. Los usuarios pueden cambiar de un sistema operativo a otro con solo tocar un botón. Esto ofrece lo mejor de ambos mundos: la simplicidad y las aplicaciones de Android para tareas rápidas, y la potencia y compatibilidad de Windows para el trabajo intensivo.
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Rendimiento superior: Los módulos OPS están disponibles en una amplia gama de configuraciones, con diferentes procesadores (desde Intel Core i3 hasta i7 y superiores), cantidades de memoria RAM (generalmente de 8 GB a 32 GB o más) y opciones de almacenamiento de estado sólido (SSD) de alta velocidad. Esto permite a las organizaciones elegir el nivel de rendimiento que necesitan, garantizando una experiencia fluida incluso con aplicaciones exigentes y multitarea.
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Actualizaciones y mantenimiento simplificados: El estándar OPS independiza el ciclo de vida del ordenador del de la pantalla. En el pasado, si el procesador de una pantalla todo-en-uno se quedaba obsoleto, era necesario reemplazar toda la unidad, una inversión considerable. Con un OPS, si se necesita más potencia en el futuro, basta con extraer el módulo antiguo y conectar uno nuevo y más potente, sin necesidad de cambiar la pantalla. De igual forma, si el módulo de PC requiere mantenimiento, puede ser retirado y reparado o reemplazado fácilmente, minimizando el tiempo de inactividad.
OPS vs PC externo: ¿Cuál es la mejor opción?
Una alternativa común al OPS es conectar un ordenador portátil o de sobremesa externo a la pantalla interactiva. Si bien esta opción es viable, el OPS presenta ventajas claras en entornos profesionales y educativos:
En definitiva, el OPS ofrece una solución más robusta, segura y profesional, optimizada para el uso continuo en espacios compartidos como aulas y salas de reuniones.

Aplicaciones del OPS en el sector educativo: potenciando el aprendizaje interactivo
En el ámbito de la educación, la combinación de pantallas interactivas y módulos OPS ha supuesto un salto cualitativo. Permite a los educadores trascender la pizarra tradicional y crear experiencias de aprendizaje dinámicas e inmersivas.
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Software educativo sin límites: Los docentes pueden instalar y ejecutar el mismo software educativo que utilizan en sus ordenadores de escritorio, desde plataformas de gestión del aprendizaje (LMS) hasta complejas simulaciones de ciencias o matemáticas que solo están disponibles para Windows.
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Clases híbridas fluidas: Con un OPS que ejecuta Windows, es sencillo gestionar videoconferencias con alumnos en remoto a través de Teams, Zoom o Google Meet, mientras se utiliza la superficie táctil de la pantalla para compartir contenido, anotar sobre documentos y utilizar la pizarra digital de forma simultánea.
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Acceso a recursos familiares: Los profesores pueden acceder a sus archivos, planes de clases y recursos almacenados en la red del centro educativo o en servicios en la nube (OneDrive, Google Drive) de la misma forma que lo harían en su PC, creando un flujo de trabajo coherente y sin interrupciones.
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Preparación para el futuro: Familiariza a los estudiantes con el entorno Windows, el sistema operativo predominante en el mundo laboral, preparándolos con las habilidades digitales que necesitarán en su futuro profesional.
El OPS en el entorno corporativo: optimizando la colaboración y la comunicación
En el mundo empresarial, la eficiencia y la colaboración son clave. Las pantallas interactivas equipadas con un OPS se convierten en el centro neurálgico de las salas de reuniones modernas.
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Presentaciones impactantes: Olvídese de los problemas de conexión con los portátiles de los presentadores. Con un OPS, la presentación se ejecuta de forma nativa en la pantalla. Se puede abrir cualquier tipo de archivo, navegar por páginas web y utilizar aplicaciones de negocio directamente sobre la superficie táctil.
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Colaboración en tiempo real: Durante una sesión de brainstorming, los equipos pueden trabajar sobre documentos compartidos, editar hojas de cálculo, realizar anotaciones sobre diseños o planos y guardar todo el trabajo directamente en la red de la empresa. La integración con herramientas como Microsoft Whiteboard es nativa y fluida.
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Señalización digital dinámica: Fuera de las salas de reuniones, estas pantallas pueden servir como potentes herramientas de comunicación interna. Un OPS puede programarse para mostrar cuadros de mando con KPIs en tiempo real, comunicados de la empresa, vídeos de bienvenida para los visitantes o cualquier otro contenido de señalización digital, todo ello gestionado de forma centralizada.
Elegir el OPS adecuado para tus pantallas interactivas
Al seleccionar un OPS, es importante considerar el uso que se le dará a la pantalla interactiva.
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Para uso educativo estándar y presentaciones de negocios: Un modelo con un procesador Intel Core i5, 8 GB de RAM y un SSD de 128 GB o 256 GB suele ser más que suficiente para una experiencia fluida.
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Para usuarios avanzados, diseño gráfico o multitarea intensiva: Se recomienda optar por un procesador Intel Core i7, 16 GB de RAM o más, y un SSD de mayor capacidad.
Es crucial verificar la compatibilidad del módulo OPS con el modelo específico de la pantalla interactiva, aunque el estándar garantiza una amplia interoperabilidad.

En conclusión, el OPS es mucho más que un simple accesorio. Es el componente que dota de verdadera inteligencia y versatilidad a las pantallas interactivas. Al integrar la potencia de un PC con Windows directamente en la pantalla, elimina barreras técnicas, simplifica la gestión y abre un abanico de posibilidades tanto en el aula como en la oficina. Para cualquiera que busque aprovechar al máximo el potencial de la tecnología interactiva, entender e invertir en un OPS de calidad es, sin duda, la decisión más inteligente.